miércoles, julio 17, 2013

Acorralados




Presento una muestra de la papeleta electoral para la presidencia de la República.


Cada vez que la veo me dan escalofríos, porque siento que me ponen a elegir entre el mal menos pernicioso. Surge en mí una sensación de acorralamiento y quizá no sea el único en experimentar tal aprensión. Dándole un vistazo me imagino una interfaz gráfica que me explique los caminos u opciones cuando me disponga a ejercer el voto (o las inmolaciones a dioses paganos en los cuales me resulta difícil creer).

 De izquierda a derecha:


Casilla 1 (DC): Si usted elige un contrapeso que al final sólo sirve de puro lastre político, marque aquí.

Casilla 2(? ) Si usted elige un grupo de políticos amateurs, marque en esta casilla. 

Casilla 3  (PL) Si usted quiere que continuemos con el mismo paternalismo político tradicionalista no dude en poner una “X” bajo la fotografía del hijo de pajarito pechito rojo. 

Casilla 4 (PAC) Si, por lo contrario, pretende ya de entrada impulsar el apocalipsis, esta es la opción más conveniente y segura.

Casilla 5: (LB) Si considera necesario venderle su alma al diablo… pues esta es la opción perfecta para arruinar tanto su vida y como la de sus compatriotas, convirtiéndose en esclavo del Estado. 

Casilla 6: (UD y el solcito) Es lo mismo de la casilla 5, sólo que estos no se han puesto de acuerdo para consolidar la unidad. 

Casilla 7 (PINU): Sería como dejar la papeleta en blanco en esta categoría. Usted, igual, pierde su tiempo.  

Casilla 8 (PN): Si prefiere la versión “siglo XXI” de la dictadura de Tiburcio Carías Andino (por 60 años), marque bajo la carota de JOH y, de paso, recibirá L.500.00 para “el fresquito y las semitas de manteca” cortesía del “Gobierno de Unidad Nacional”.  

Un Saludo y disculpen las molestias.

2 comentarios:

Ardegas dijo...

Realmente no hay opciones. Si uno no está esperanzado en una chamba del gobierno, no hay ni por qué molestarse en ir a votar.

Lo curioso aquí es observar como a consecuencia de la crisis política del 2009 ha cambiado el panorama político.

Los partidos tradicionales derrocaron a Zelaya con el fin de preservar el status quo, pero vemos que esta estrategia no resultó.

La ceguera de los políticos tradicionales les llevó a pensar que todo podía seguir como si nada, pero ya vemos que no es así. La ciudadanía exige cambios, aunque las más de las veces no acierta a reconocer cuales son las personas más adecuadas para realizar el cambio que lleve a una mejora de las condiciones de vida.

David Morán dijo...

Hola Ardegas. Tienes mucha razón. Aunque mi entrada es sarcástica, no cabe duda que el abanico de opciones se amplió debido a la turbulencia política de los últimos años. No es un indicativo de desarrollo democrático, como muchos pregonan, sino una carrera más encarnizada tras la lucha del poder.