A mi mama, por enseñarme valores
morales y espirituales, estar pendiente
de mi desarrollo académico de niño, por soportar mis innumerables malcriadezas,
y por darme la comida que a ella le regalan en su día. También, por enseñarme
con el ejemplo ese espíritu de rebeldía ante el autoritarismo y sus
irracionales injusticias. A ella, porque aún sufre la pérdida de uno de sus
hijos, que siempre nos ha amado hasta el extremo.
A los hombres y mujeres que, por
azares de la vida, les toca hacer doble rol, de padre-madre.
A las putas, porque siempre se les
anda adjudicando, muchas veces de forma injusta, los seres más perniciosos de
la tierra.
A las madres que, por desgracia,
tienen que dar en adopción a sus hijos.
A las madres que deciden no
abortar y darle una oportunidad a su hijo, pese a las duras circunstancias.
A las madres piadosas que adoptan
un hijo que no es de su sangre.
A esas madres solteras que, anda ufanándose
dondequiera que son súper-madres por criar “solas” a sus hijos, cuando en
realidad son las madres de éstas quienes en verdad forman a los nietos. Y si no,
pregúnteselo a ginecólogos y pediatras, con quien tratan asuntos críticos relacionados
con la salud infantil ¡Qué vivan esas abuelas! yo las reivindico.
A la gata que parió hace semanas
a sus crías, no muy lejos de mi casa, y que mi hermana, madre también, tiene la
desfachatez de intentar robarle un gatito en pleno día de las madres. ¡Bárbara!
Por último, a la madre del
Creador, por ser el Arca de la Alianza entre lo humano y lo divino, ruego a
ella para que las mujeres de hoy no hagan los mismos errores en los cuales
incurrimos los hombres, como lo vienen haciendo con causa de un feminismo
radicalizado.
Un saludo les dedico a todas las
madres en su día.
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