El gobierno de Pepe se ha
caracterizado por ser muy confortativo e intolerante con los grupos que le demandan
transparencia y el cumplimiento de los compromisos que sostuvo en su campaña
electoral, los cuales, básicamente, fueron dos: Seguridad y trabajo. A pocos
meses de que acabe esta administración, no ha podido honrar ninguno, lo cual
demuestra un categórico fracaso en lo que a responsabilidades se refiere. El
Gobierno de Unidad Nacional tiene como característica más notoria que su
presidente parece confiar más en ministros que no son de su mismo partido, encajándolos
donde le venga en gana y protegiéndoles, para, al final, admitir que sus
falencias se deben a “la maldita burocracia” que ellos mismos han alentado,
vaya disparate. La improvisación es su principal política de descarrilamiento
que nos tiene al borde una nueva crisis.
Por si esto no fuera poco, ahora
pretenden, desde el Congreso, mediante un claroscuro juego legalista, controlar a la prensa que, por norma, debe ser distante y crítica con el Estado. El gobierno alega
que existe un nocivo monopolio que tiene secuestrado el rubro de las
telecomunicaciones, y por lo tanto es su “olbigación” establecer un "nuevo orden", más justo y con equidad, lo cual es un misérrimo
embuste; pues ni siquiera nos brinda el nombre del supuesto Zar que atesora toda
la prensa catracha, por la simple razón que no lo hay. Que existe una
concentración de audiencia en unos pocos medios de comunicación es otra cosa
muy diferente a poseer un monopolio.
Querer regular ciertos contenidos
es algo que ya está estipulado en las leyes de nuestro país. Decir a esta
alturas que es para protección de los menores de edad, es sólo un vulgar pretexto;
no digamos esos llamados medios comunitarios, que el gobierno seguro se los
copió al presidente de Ecuador, famoso por coartar la libertad de expresión y confundirla
con la de prensa (léase imprenta). El
amarillismo dedicado a incrementar el
volumen ventas a base del morbo de la gente no se combate con censura, sino con
ética profesional; terreno donde el Estado no debe intervenir, más bien debe
respetarlo.
No cabe duda que estamos en una doble
celada. Es decir, frente a un instrumento que, de llegarse a consumar,
domestique a la prensa crítica, todo a favor del Gobierno ( Y a base de violar la poca
libertad empresarial que tenemos), dejando así, una maquiavélica arma a la
siguiente administración que la empelará sin requemores o, bien, hacernos creer que
JOH será “el defensor de las libertades individuales” de llegar a desaprobar ésta
bien apodada Ley Mordaza, aunque venga en combos de a cuatro.
Se nota a leguas el objetivo que
llevan los nacionalistas anclados a JOH: desvirtuar al Partido Liberal, haciendo
creer que, incluso, “Libre” es superior a éste, lo cual no creo cierto. Y la propuesta del voto electrónico es la mejor prueba de la
terrible desconfianza que se tienen entre todos los partidos políticos.
Si se está orquestando un fraude electoral
desde el Gobierno, ya lo veremos. Pero los aspirantes a dictador se olvidan con
rapidez que esto no es Venezuela; que ya tenemos un precedente ilustrativo de
aquellos que intentan pasarse de vivos a costillas de sus adversarios externos,
como en el mismo seno de su grupo. Es decir, rivales que comen como hermanos en
la misma mesa y puede que ya tengan preparado su desquite
(veneno) por haber sido víctimas de un juego sucio y de interés mezquino. No es la primera vez que ocurre.
Saludos.
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