Creo que el objetivo principal de
las recientes visitas del Papa en Latinoamérica es, como lo ha sido siempre, incentivar
el fervor religioso en torno a su persona, sí, pero que trasciende hacia la
figura de Jesucristo. Su mensaje es amplio, lleno de una sutileza que cala en
las doctrinas políticas que disienten y adversan al cristianismo, las mismas
que intentan menoscabar el progreso religioso gracias a la avasallante cruzada
secular que llevan a cabo. El estar etiquetado de “conservador” (Adjetivo impregnado
de una connotación negativa por muchos) es de provecho para aquellos que captan simpatizantes (jóvenes
ante todo) para su revolución sociopolítica, cargada de contradicciones y que
nos tiene padeciendo un régimen relativistas donde el más fuerte impone su
noción de verdad.
De la visita a México, me llamó
mucho la atención las constantes críticas por parte de cierto sector de la
prensa que sigue empecinada en remarcar las acusaciones de abusos sexuales efectuados
por curas pederastas. Al margen que sean verdaderas o no, me queda claro que la
intención es promover una campaña anticlerical en el mundo, ya que la mayor
parte de los abusos sexuales contra menores no los cometen sacerdotes pervertidos, sino más bien estos ocurren en el
seno de las familias, donde el padre abusa de su hijo en complicidad de una
madre que niega y oculta el crimen debido a la incapacidad psicológica para
afrontarlo. El que ciertos medios de comunicación se empecinen en disparar toda
su artillería contra clero, y no se
vayan al núcleo donde se gestan este tipo de atrocidades, es una clara
evidencia de manipulación mediática; mas no de encontrar la verdad, ni mucho
menos de contribuir con la justicia como
lo presuponen.
En lo referente a la visita a Cuba, me rio de los católicos que piensan que Fidel
y su hermano Raúl le tienen aprecio al Papa (Juan Pablo II en su momento o
Benedicto XVI en la actualidad), pues los
han engañado con su teatral demagogia. Considero que al Papa le importan poco
si estos dictadores usaran su visita como panfleto político para reafirmar su autoridad
frente a la ingente comunidad católica de la isla, porque esta claro el mensaje
político implícito en los discursos del Pontífice: Mayor libertad para los
cubanos, en especial, rescatarlos del obsoleto modelo de producción (socialismo)
que los tiene sumidos en la pobreza.
Entiendo que algunos disidentes de
la dictadura cubana no acepten que el líder de la Iglesia Católica se codee con
estos sátrapas del poder. Pero también debemos comprender que es preferible una
transición lenta y civilizada hacia un país con mayor libertad, que una
revolución violenta similar a la que llevó a los Castro a dominar Cuba. Quizá
algunos sueñan con ver a Fidel ensangrentado en el suelo de la Habana a causa
un linchamiento o un ataque paramilitar, tal y como le ocurrió a su colega
Gadafi. Pero estas sublevaciones basadas en el odio, que luego incentiva el instinto
de venganza, no se dirigen a buen puerto; la llamada primavera árabe no ha dado muestras fehacientes de un cambio hacia la democracia en los países
africanos donde ha ocurrido. Recordemos el refrán que dice: “en río revuelto
ganancia de pescadores”.
Tal parece que Benedicto XVI no
se deja manipular por la presión mediática en contra, sino que la acicatea con
obstinada determinación y, por otro lado, actúa con la diplomacia del caso,
como jefe de gobierno que es, para alcanzar sus objetivos espirituales,
sociales y hasta políticos.
Saludos.
Foto de: Coexióntotal.mx
2 comentarios:
http://www.libertaddigital.com/opinion/zoe-valdes/carta-a-mi-madre-muerta-en-el-exilio-63949/
Esta persona, más que entender el perdón cristiano, lo que quiere es justicia.
No entiendo la fe que profesa esta persona. En todo caso,la fe va más allá del resentimiento y el odio que provoca el padecer sufrimiento por causas injustas. En toda la carta se puede sentir eso.
Respeto su opinión, pero no la comparto del todo.
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