jueves, marzo 29, 2012

Las visitas del Papa Benedicto XVI a México y Cuba.



 Creo que el objetivo principal de las recientes visitas del Papa en Latinoamérica es, como lo ha sido siempre, incentivar el fervor religioso en torno a su persona, sí, pero que trasciende hacia la figura de Jesucristo. Su mensaje es amplio, lleno de una sutileza que cala en las doctrinas políticas que disienten y adversan al cristianismo, las mismas que intentan menoscabar el progreso religioso gracias a la avasallante cruzada secular que llevan a cabo. El estar etiquetado de “conservador” (Adjetivo impregnado de una connotación negativa por muchos) es de provecho  para aquellos que captan simpatizantes (jóvenes ante todo) para su revolución sociopolítica, cargada de contradicciones y que nos tiene padeciendo un régimen relativistas donde el más fuerte impone su noción de verdad.   

De la visita a México, me llamó mucho la atención las constantes críticas por parte de cierto sector de la prensa que sigue empecinada en remarcar las acusaciones de abusos sexuales efectuados por curas pederastas. Al margen que sean verdaderas o no, me queda claro que la intención es promover una campaña anticlerical en el mundo, ya que la mayor parte de los abusos sexuales contra menores no los cometen sacerdotes  pervertidos, sino más bien estos ocurren en el seno de las familias, donde el padre abusa de su hijo en complicidad de una madre que niega y oculta el crimen debido a la incapacidad psicológica para afrontarlo. El que ciertos medios de comunicación se empecinen en disparar toda su artillería contra clero,  y no se vayan al núcleo donde se gestan este tipo de atrocidades, es una clara evidencia de manipulación mediática; mas no de encontrar la verdad, ni mucho menos de contribuir con la  justicia como lo presuponen.

En lo referente a la visita a Cuba,  me rio de los católicos que piensan que Fidel y su hermano Raúl le tienen aprecio al Papa (Juan Pablo II en su momento o Benedicto XVI en la actualidad),  pues los han engañado con su teatral demagogia. Considero que al Papa le importan poco si estos dictadores usaran su visita como panfleto político para reafirmar su autoridad frente a la ingente comunidad católica de la isla, porque esta claro el mensaje político implícito en los discursos del Pontífice: Mayor libertad para los cubanos, en especial, rescatarlos del obsoleto modelo de producción (socialismo) que los tiene sumidos en la pobreza.   

Entiendo que algunos disidentes de la dictadura cubana no acepten que el líder de la Iglesia Católica se codee con estos sátrapas del poder. Pero también debemos comprender que es preferible una transición lenta y civilizada hacia un país con mayor libertad, que una revolución violenta similar a la que llevó a los Castro a dominar Cuba. Quizá algunos sueñan con ver a Fidel ensangrentado en el suelo de la Habana a causa un linchamiento o un ataque paramilitar, tal y como le ocurrió a su colega Gadafi. Pero estas sublevaciones basadas en el odio, que luego incentiva el instinto de venganza, no se dirigen a buen puerto; la llamada primavera árabe no ha dado muestras fehacientes  de un cambio hacia la democracia en los países africanos donde ha ocurrido. Recordemos el refrán que dice: “en río revuelto ganancia de pescadores”.  

Tal parece que Benedicto XVI no se deja manipular por la presión mediática en contra, sino que la acicatea con obstinada determinación y, por otro lado, actúa con la diplomacia del caso, como jefe de gobierno que es, para alcanzar sus objetivos espirituales, sociales y hasta políticos. 

Saludos.

2 comentarios:

Luis Amézaga dijo...

http://www.libertaddigital.com/opinion/zoe-valdes/carta-a-mi-madre-muerta-en-el-exilio-63949/

David Morán dijo...

Esta persona, más que entender el perdón cristiano, lo que quiere es justicia.

No entiendo la fe que profesa esta persona. En todo caso,la fe va más allá del resentimiento y el odio que provoca el padecer sufrimiento por causas injustas. En toda la carta se puede sentir eso.

Respeto su opinión, pero no la comparto del todo.