Una falsa imagen de seguridad.

La masacre en elpresidio de Comayagua no deja de causar consternación y vergüenza. Es una barbaridad que el mismo incidente se vuelva a repetir, lo peor, superando la tragedia que ocurrió en San Pedro Sula hace algunos años. Y eso que dicen que este centro penal era el más seguro de Honduras ¿Qué podríamos esperar de un sistema penitenciario tan deficiente, por un lado, y degradante por el otro?

 Algunos dirían que las cárceles son un verdadero chiquero, donde los reos (privados de libertad en el leguaje políticamente correcto, por si alguien no entiende o se ofende) o sufren las peores perversiones, ultrajes, o se la pasan hablando por celular fraguando sus crímenes (extorsiones, secuestros y asaltos). Una prueba fehaciente que el gobierno central no es más que una broma pesada y onerosa para la ciudadanía honesta, una mina de oro para los amantes del poder y la felonía.

Como siempre ocurre, no deja de sobrevenir la típica marejada de especulaciones y rumores sobre el caso, que atiborra los medios periodísticos de una información ambigua y engañosa.  Al parecer nadie quiere esperar una investigación a fondo que ya debería tener la colaboración de países extranjeros, porque así como está la cosa en la policía o la misma fiscalía, no se puede esperar que los resultados de un estudio sean del todo confiables, al fin y al cabo, nadie podrá sustituir las vidas que se han perdido.

Y lloverán (O deberían) demandas contra el Estado hondureño, a mi pesar, merecidas. Señores del gobierno, este país ya se les fue de las manos, los catrachos estamos a la intemperie, a merced de una degeneración social galopante que no parece tener fin. Claro, sólo a base de presiones internacionales nuestros políticos tomarán cartas en el asunto, porque aquí, toda iniciativa de progreso siempre viene desde afuera.

Esperemos que esto no se vuelva a repetir un hecho tan horrible.

Saludos.