martes, diciembre 14, 2010

Vulgaridad y Libertinaje

Vulgaridad

En su afán por conquistar el poder la clase política se vale casi de cualquier estrategia para alcanzar dicho objetivo. Una de ellas consiste en postular a personajes muy campechanos de carisma gratuito que aticen el fervor del electorado, poco acomedido a la instrucción académica, regido por la tradición, insipiente cabe señalar, que lo mantiene a meced de un sentido común que apenas le saca de apuros.

Este tipo de “líder” es fácil de manejar –o al menos eso se pensaba- tras el trono, para aquellos que realmente hacen la política en nuestro ofuscado país. El problema llega cuando estos divos del populacho proselitista se descarrilan porque, una vez sentados en la silla de mando, su mente cae en una especie de realidad alterna; puesto que actúan como si hubieran sido ungidos con una suerte de infalibilidad papal. Al ser casi unos analfabetos y dotados de una asesoría alevosa recurren a su cultura justiciera de cantina que tanta vergüenza le hace pasar a los hondureños.

Nuestro Presidente se mofa de su paisano expatriado insinuando que es un cobarde, indigno del linaje barbárico en el cual ambos fueron formados, y que, claramente, aún traen puestos los pañales. Como la disputa consiste en quién dice el último y mejor “bocho”, el comandante vaquero lo reta al debate montuno, porque sabe que nuestro Presidente es un experto para eludir toda clase de alegato. Luego quieren hacer juez al polígrafo, porque saben que este aparato es incapaz de detectar falsedad alguna en individuos que, con toda naturalidad, saben mentir y difamar.


Libertinaje

En España le quieren echar la mili a todo colectivo que haga huelga y paralice actividades vitales en la nación de naciones, siempre y cuando no dañe la imagen del actual gobierno; en Francia Sarkozy hace lo suyo con la insurrección y la escoria vandálica; en Venezuela Chávez recomienda echarles gas a los supuestos infractores de la ley; pero aquí en Honduras, si la policía o el ejercito, encargados de guardar el orden público, hacen algo en contra de los que se toman carreteras es un atentado contra los derechos humanos y nuestro Estado es penalizado por ello. Es obvio que vivimos en el mundo de las paradojas.

Hacen escándalo de información confidencial filtrada de secretos a voces que todo persona que lee periódicos en el mundo logran deducir. El problema actual no radica en el acceso a la información, sino más bien en el manejo, validación e interpretación de la misma, que es la verdadera causa de problemas, con tanto relativismo que revolotea por doquier y donde nadie quiere consensuar la verdad.

El mundo sigue girando como balón de fútbol y nosotros a la espera que nos metan un gol.

Saludos.

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