martes, junio 23, 2009

Acerca de las pruebas psicométricas y algo más. Parte II


Existe un aspecto muy interesante que debe tomarse en cuenta para aprovechar el conocimiento que aporta la psicología en las organizaciones. El papel que juega el psicólogo dentro de la empresa, pues no es lo mismo la profesión que el puesto. Solía escuchar a colegas presumir de sus actividades como jefes de recursos humanos, que desde luego está muy bien, sin embargo relatan una serie de diligencias completamente ajenas al ejercicio de la psicología y que toman la mayor parte de su tiempo laboral. Esto es algo decepcionante para otros colegas, que no les interesa gestionar visos administrativos sino practicar la profesión de lleno.

Pero siempre vuela por los aíres una vieja monserga falaz reinterpretada en distintos discursos diciendo que el psicólogo tiene que ser multiusos. Esto resulta un inconveniente para desarrollar los potenciales específicos de dicha profesión al máximo (de por sí es muy difícil hacerlo), y le brinda una ventaja al gerente que siempre anda buscando reducir gastos o matar varios pájaros de un tiro. Es decir, una persona que gestione esquemas administrativos (Despidos, permisos, capacitaciones, etc), que tenga licencia para aplicar pruebas psicométricas y de paso haga alguna que otra labor contable o trámite legal; que también regañe a los empleados por él, le sirva de espía o de detector de mentiras en contra de los empleados, y todo esto lo debe hacer, por supuesto, el profesional que cobre menos. No hace falta que diga de quién estamos hablando.

Los más chillante entre la relación gerente y psicólogo que he podido observar, es que los primeros no saben qué esperar de los segundos, deseando que el psicólogo se adapte a sus esquemas administrativos, pero lo que en verdad exigen es sumir la profesión del psicólogo, su metodología científica, a urgencias inmediatas, casi siempre debido a una mala organización y planificación carente por completo de planes de contingencia, que no es menester de un profesional de la psicología arreglar. Es así como se obliga al psicólogo ha aplicar pruebas psicométricas en lugares inapropiados, donde se puede afectar el rendimiento de los aspirantes. Todo esto es un abuso en mi opinión, una falta de respeto para el psicólogo y las personas que son expuestas al escrutinio, por no decir lo sesgados que puede salir las calificaciones de los test.

Aquí existe una divergencia de finalidades clara que no se sabe conjugar entre el psicólogo y ciertos administradores. El psicólogo está formado para orientar, buscar potenciales, asistir a las personas en aspectos psicológicos, detectar problemas para buscar soluciones que otros deben aplicar; en cambio el administrador suele fijarse en los defectos de las personas con carácter discriminativo, seguir una patrón de superhombre promovido por investigaciones de las cuales no tienen ni idea del origen, casi siempre tornadas en prejuicios y algunos son tremendamente desconfiados. El administrador delega para centrarse en dos cosas: Proteger la inversión, generar ganancias y manejar una buena relación con los proveedores, los clientes, y en el debido caso, con los inversionistas. Las características de ambos agentes, si bien diferentes, pueden complementarse en los procesos de selección de existir un adecuado profesionalismo, comunicación y respeto. De lo contrario, no se pueden augurar buenos resultados.

Continuará...

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