¿Qué mundo es este donde los patos les tiran a las escopetas, los jugadores de fútbol les sacan la tarjeta amarilla a los árbitros y la selección de Honduras gana a la de México?
Pues sí, es el mundo real. Un pequeño peldaño más para esta selección que dio muestras de disciplina en la cancha. El año que viene será bastante difícil para todos los equipos que disputen la hexagonal clasificatoria.
Honduras puso el juego y México el gol… para honrar el trabajo del equipo local.
Estoy algo retirado del fútbol pero, con tanta expectativa en los alrededores, uno termina por contagiarse; además, ver un partido por la TV no sienta nada mal. Es curioso observar que ha los hondureños se les despierta una especie de fervor patriótico, tan grande como espontaneo, dando la sensación de estar en fiestas patrias-pero ni ese día se celebra tanto-. Todos andan con su bandera y camisa en los chupaderos más exclusivos y cutres, así, la selección logra esta unión. Pero dentro de unos cuantos días, ya vendrá la cosa que separe la débil hermandad catracha colocando tras trincheras opuestas al conglomerado.
Llámenme antipatriota pero... no estoy interesado en comprar camisetas, gorras, banderitas o cualquier otro producto de mercadotécnica que surja del negocio futbolero; no porque esté en contra del mismo, para nada, muchos pequeños y grandes comerciantes se pueden beneficiar de esto. Será que me estoy volviendo viejo para entusiasmos fugases que casi siempre nos estrellan contra una cruda realidad. Y no hablo precisamente de Fútbol.
Saludos.
Pues sí, es el mundo real. Un pequeño peldaño más para esta selección que dio muestras de disciplina en la cancha. El año que viene será bastante difícil para todos los equipos que disputen la hexagonal clasificatoria.
Honduras puso el juego y México el gol… para honrar el trabajo del equipo local.
Estoy algo retirado del fútbol pero, con tanta expectativa en los alrededores, uno termina por contagiarse; además, ver un partido por la TV no sienta nada mal. Es curioso observar que ha los hondureños se les despierta una especie de fervor patriótico, tan grande como espontaneo, dando la sensación de estar en fiestas patrias-pero ni ese día se celebra tanto-. Todos andan con su bandera y camisa en los chupaderos más exclusivos y cutres, así, la selección logra esta unión. Pero dentro de unos cuantos días, ya vendrá la cosa que separe la débil hermandad catracha colocando tras trincheras opuestas al conglomerado.
Llámenme antipatriota pero... no estoy interesado en comprar camisetas, gorras, banderitas o cualquier otro producto de mercadotécnica que surja del negocio futbolero; no porque esté en contra del mismo, para nada, muchos pequeños y grandes comerciantes se pueden beneficiar de esto. Será que me estoy volviendo viejo para entusiasmos fugases que casi siempre nos estrellan contra una cruda realidad. Y no hablo precisamente de Fútbol.
Saludos.
2 comentarios:
Hola!
Tenia unos dias sin pasar por aca.
Permite informarte que mi pagina se llamara www.mariposadecristal.com
Un beso y gracias por estar siempre de este lado
Ya no nos desgarramos la camiseta por nadie. Qué nos pasa :))
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