Se supone que las computadoras sirven para simplificarnos el trabajo. Vamos a la farmacia en busca de un medicamento crucial, la persona que atiende a los clientes no pude tramitar el producto solicitado pues no encuentra el bendito código del mismo en la computadora; trascurren varios minutos hasta que el software –y su usuario- por fin da con las unidades solicitadas. A todo esto se acumuló una buena cantidad de clientes esperando su turno.
Una vez resulto el percance con el aparatito, pasamos a caja donde, curiosamente ¡Hay otra computadora! Y vuelve la burra al trigo.
El tiempo dio como para reflexionar en asuntos de mecánica cuántica. Y hablando de probabilidades y mecánica, tiempo atrás me hubieran dado el medicamento y la factura con mayor diligencia, sin la complicidad de un intrincado sistema informático. Menos mal que no era yo quien sufría la diarrea.
Ahora comprendo que el asunto consiste en facilitar el trabajo de inventarios y resolver el desmadre producido por la contabilidad. Las computadoras sirven para simplificar el trabajo, y lo cumplen en este caso, menos con los clientes.
Saludos.
4 comentarios:
jajja, Dios me hiciste reir en grande, que jocoso y bien contada, pareces periodista hombre!
Menos mal "que no eres tu quien tenia la diarrera".
Un beso!
Dios te guarde
Pero hombre de dios, cómo un hombre como usted, tan bien dotado para los aparatos, duda de su utilidad :))
Sherezade:
Me dejas preocupado con esa comparación, haré una revisión de mi estilo narrativo. :D
Amigo Mickel:
je.je. En ocasiones como esta vacilo y a veces pierdo la fe.
Saludos.
Si el enfermo lleva prisa, ese día se puede dar por jodido en esa farmacia, saludos.
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