El Congreso Nacional declara inadmisibles denuncias contra los titulares de esta institución.
Todo porque no existen evidencia sustentable, si, evidencia sustentable. No me extraña semejante cosa leyendo los hallazgos que esta comisión ha encontrado tras su investigación en el MP. Del diario La Tribuna cito un comentario del diputado Emilio Cabrera muy revelador:
Bueno. De ser cierta tal aseveración explica por qué la impunidad reina en Honduras, y no es de extrañar conociendo de ante mano la eficiencia de las instituciones públicas.
De este reportaje podemos citar también:
Vamos, no nos queda claro aún si el Fiscal General y el Adjunto comenten actos de corrupción en sí, pero leyendo las debilidades del MP y las recomendaciones brindadas por la comisión a uno le podría quedar claro que dicho ente estatal es deficiente de cabo a rabo.
Considero que una buena auditoría puede ser efectiva para combatir la corrupción, aparte de un adecuado orden administrativo-lo cual parece faltar en el MP-, más que la revoluca propuesta por la progresía hondureña, deseosa de usar a la ciudadanía como carne de cañón para alcanzar ciertas pretensiones de poder. Gautama Fonseca tenía razón al explicar que tenemos todos los instrumentos jurídicos para palear este mal, por tanto una revoluca es innecesaria, lo que se requiere es voluntad política para combatir dicho flagelo.
La presión social que acuerpó a los fiscales que denunciaron estas irregularidades parece estar siendo manejada por un sector de la clase política, de ahí el temor de muchos en que se rompiera el orden constitucional. No podemos combatir la corrupción con más corrupción. Tampoco con deficiencia en el accionar jurídico. Por lo pronto vamos así: Claeptocracia 1 progresía 0. Es triste.
Este tema dará mucho que hablar en el futuro pues no es caso cerrado.
Saludos.
La tribuna, 6/6/08 pg, 111.
Todo porque no existen evidencia sustentable, si, evidencia sustentable. No me extraña semejante cosa leyendo los hallazgos que esta comisión ha encontrado tras su investigación en el MP. Del diario La Tribuna cito un comentario del diputado Emilio Cabrera muy revelador:
“En esta institución no hay jerarquía, nadie respeta a nadie, parece un potrero donde cada uno hace lo que quiere”.
Bueno. De ser cierta tal aseveración explica por qué la impunidad reina en Honduras, y no es de extrañar conociendo de ante mano la eficiencia de las instituciones públicas.
De este reportaje podemos citar también:
“Se libra una batalla de poder en la asociación de fiscales, porque la asociación a la que pertenecen más de 500 fiscales está dividida y las diferencias internas interfieren en el desempeño institucional”.
Vamos, no nos queda claro aún si el Fiscal General y el Adjunto comenten actos de corrupción en sí, pero leyendo las debilidades del MP y las recomendaciones brindadas por la comisión a uno le podría quedar claro que dicho ente estatal es deficiente de cabo a rabo.
Considero que una buena auditoría puede ser efectiva para combatir la corrupción, aparte de un adecuado orden administrativo-lo cual parece faltar en el MP-, más que la revoluca propuesta por la progresía hondureña, deseosa de usar a la ciudadanía como carne de cañón para alcanzar ciertas pretensiones de poder. Gautama Fonseca tenía razón al explicar que tenemos todos los instrumentos jurídicos para palear este mal, por tanto una revoluca es innecesaria, lo que se requiere es voluntad política para combatir dicho flagelo.
La presión social que acuerpó a los fiscales que denunciaron estas irregularidades parece estar siendo manejada por un sector de la clase política, de ahí el temor de muchos en que se rompiera el orden constitucional. No podemos combatir la corrupción con más corrupción. Tampoco con deficiencia en el accionar jurídico. Por lo pronto vamos así: Claeptocracia 1 progresía 0. Es triste.
Este tema dará mucho que hablar en el futuro pues no es caso cerrado.
Saludos.
La tribuna, 6/6/08 pg, 111.
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