jueves, agosto 04, 2011

Apuntes sobre política local

  • Un flaco favor hizo la Comisión de la Verdad y Reconciliación con el informe que presentó hace algunas semanas. La razón es simple, ya que las facciones responsables por esta crisis prosiguen en su afán descalificador con respecto a la otra, para ello sólo emplean la parte del informe que favorece sus intereses de poder; obviamente quienes perdieron chance, la autodenomina Resistencia, no desea ninguna reconciliación con nadie, sino mas bien la revancha. A estas alturas poco importa si fue un golpe de estado o no lo ocurrido en el 2009, ya que hoy en día Honduras cuenta con un gobierno legalmente constituido y reconocido por la comunidad internacional. Este estudio carga un serie de ambigüedades; en síntesis dice que existió un “medio-golpe o golpe parcial” en nuestro país, porque, por un lado, no se destruyó todo el orden constitucional, pero por el otro, los miembros de la comisión admiten que sí lo hubo, al final, Zelaya es tanto el gran culpable como la gran víctima. Considero que sólo con el paso del tiempo y estudios científicos sin presión sabremos la verdad del asunto; tal vez otra generación disponga de todos los elementos pertinentes para hacer un mejor juicio. El ejemplo lo pongo con la famosa Guerra de Honduras y El Salvador acaecida en 1969; todavía existen personas que se tragan el embuste que fue producida por un simple partido de fútbol, aunque los historiadores dicen lo contrario. Lo malo de Honduras es que los intelectuales salen sobrando.¡Cómo les encanta a los gobiernos cachurecos incrementar o crear impuestos! la delincuencia es ahora el justificante ideal. No tienen pisto para combatirla pero bien que anda el Congreso Nacional pijiniando por el país gracias su flamante sistema móvil. Para muchos esto no es más que una manera de burlar la ley electoral haciendo proselitismo político. Quien debería dar el ejemplo de austeridad, en tiempos de crisis, son precisamente las instituciones gubernamentales.
  • Admitamos que los políticos, al proponernos las mal llamadas “ciudades modelos”, reconocen su incompetencia para ser los dirigentes del desarrollo económico en nuestro país. Al menos tienen la sensatez para delegar dicha tarea a quienes sí poseen la experiencia, conocimiento y capacidad: a los emprendedores privados, sea nacionales o extranjeros. Pese a las críticas por parte de un sector obstinado en destacar a través de la promulgación de un nefasto nacionalismo, que en algunos casos roza la xenofobia, no veo con malos ojos esta iniciativa. Es pernicioso que, en nuestras mentes, reine una actitud negativa y sumamente desconfiada ante todo proyecto de desarrollo. No debemos sucumbir a los prejuicios fatalistas que nos forma la misma clase política, porque uno se adentra en el camino de la perdición.
  • Es saludable para la estabilidad democrática que el Partido Liberal se reorganice, porque es la única institución política capaz de hacer una auténtica oposición (de proponérselo) frente al gobierno de turno, que espera, agazapado, la oportunidad para destruir el orden constitucional y así perpetrarse en el poder. Al igual que lo intentó Zelaya, muestra sus intenciones (por medio del cutre populismo) de dominar a otros poderes estatales. Para ello el gobierno llama al diálogo a organizaciones que, sin ser partidos políticos legalmente constituidos, se autodenominan representantes del pueblo e impongan sus despropósitos, algunos de ellos dirigidos por desertores de los partidos tradicionales, con los mismos vicios; la Resistencia fragmentada para aparentar que son mayoría y el caso particular de Nasralla, que mas bien promueve una candidatura independiente que un auténtico partido, sin matiz ideológico. Aunque considero que no tiene malas intenciones, resulta obvio para cualquiera que no sabe en lo que se ha metido, y por consiguiente, lo que puede llegar a enfrentar de ser una seria amenaza para los otros. Considero que el presentador de televisión posee una actitud sumamente narcisista al creer que lo único necesario para llegar a ser presidente es gozar de popularidad, sin hacer campaña ni demás gestiones organizacionales.
Veremos cómo evoluciona (o degenera) todo esto, Saludos.

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