El recién pasado evento Honduras is Open for Business fue un escaparate comercial bien montado por el actual gobierno con el fin de atraer inversiones al país, el mismo contó con varias personalidades importantes del mundo político y de negocios que participaron activamente en conversatorios y demás eventos. Hay que considerar que es una obligación del gobierno tener una política de inversiones que sea funcional y no otra triquiñuela demagógica, quien no realice esto prácticamente nada hace por el bienestar de un pueblo urgido de fuentes de trabajo.
El gobierno de Pepe estos días ha estado trabajando, por un lado, para restablecer su participación en la que algunos denominan la “moribunda OEA”, y por otro, monta este tipo de eventos que exhiben a Honduras como un país apto para fuertes inversiones; deja bien clara que su política de desarrollo económico apuesta por la iniciativa privada, contrario al modelo que pretendía implantar el ex-presidente Manuel Zelaya. En verdad, no estoy seguro si Honduras cuenta con todos los elementos necesarios para ser suficientemente atractivo para tales fines, pero lo que sí es obvio es que necesita dichos capitales.
Sin dudas el expositor que más captó la atención fue el ex-presidente de Colombia Álvaro Uribe. En su discurso hubo tres puntos destacables: Una iniciativa privada con responsabilidad social (para grandes empresas), seguridad (estabilidad política, ciudadana, jurídica) y educación. Considero relevante que también hay un factor que el mismo ex-mandatario subrayó: la confianza política que proporcione certidumbre. En otras palabras, para subvertir nuestra precaria situación económica y fortalecer la democracia, es indispensable que la clase política sea eficiente y profesional. EL resto de la comparecencia el señor Uribe hizo un contraste (típico de cualquier estadista) entre su gobierno y el modelo socialista de Hugo Chávez en Venezuela, ambos con políticas y resultados disímiles.
Concluyo que todos los discursos se dieron a “Juan para que entienda Pedro”, pues me parece que los temas tratados en este foro no representa una novedad para cualquier empresario o inversionista en el mundo (diría que ya es un discurso trillado) mientras, los negocios se concretan fuera de cámaras, que es lo importante. Las ideas que se expusieron sirven para que la ciudadanía tenga una noción de como se lleva a cabo el desarrollo económico de un país y lo que debe esperar de un gobierno que pretenda incentivar la economía (no a base de subsidios, desproporcionados incrementos salariales y fiscales, arbitrarias regulaciones de precios y comprometedoras ayudas financieras del extranjero, así como también la limitación de algunas libertades civiles, ya han demostrado ser, todas ellas, un rotundo fracaso).
Creo que los efectos de dicha promoción se verán a mediano y largo plazo, el problema de los hondureños es que exigimos respuestas instantáneas y con todas las garantías, lo cual es una tremenda ingenuidad. No obstante, es de suma importancia hacer este tipo de actividades, y pese a lo que altercan los críticos, creo que el evento ya dio un resultado palpable, incluso antes de que diera comienzo: me refiero a un marco legal (una política de estado, también) que sirve como instrumento para garantizar la seguridad de las inversiones. Cualquier gobierno en el futuro puede hacer uso de dicho marco para estimular el desarrollo económico a base de inversiones.
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