martes, mayo 18, 2010

Ideología y Política

La ideología es una perspectiva intelectual acerca de fenómenos tales como la cultura, economía, política, etc. Por tanto afecta directamente nuestra cosmovisión, es decir, la forma cómo interpretamos el mundo. Entonces la ideología no es la realidad misma, tan sólo valora por convicción ciertas tendencias humanas que se enaltecen mediante la práctica, para ello propone una serie de sistemas, sean conservadores, revolucionarios o reaccionarios, según la base que la sostiene.

Su mayor injerencia se ve en el plano político (ya que por naturaleza todos lo somos), siendo aprovechada por individuos con la necesidad de influir en otros para obtener control (líderes y/o emprendedores). La dualidad ideología-política se apoya en el adoctrinamiento para su difusión, preservación y manejo.

Este poder dicotómico es tan grande que, incluso, afecta muchas áreas del saber, tales como la ciencia, la filosofía, ética, religión, arte; influyen con su sectarismo y desvía a cada una de sus fines originales (verdad, razón, moral, trascendencia, belleza), manipula el entendimiento y esfuerzo ajeno hacia los objetivos modelados por la misma ideología.

Es así como surgen los políticos de carrera, acólitos del clásico que relativiza los medios según el fin, la inoculan en las sociedades mediante el proselitismo, cuyo primer método es la demagogia y, en segunda instancia, la radicalización (a través de estimular el odio colectivo) de unos contra otros en busca del dominio total: lucha de clases, engaño, traición, asesinato, desinformación, terrorismo, secuestros, violación, boicot, sublevación, adoctrinamiento asolapado, se vuelve aceptables, y con ellas el político vernáculo consigue el escaño de privilegio, donde desprestigia o persigue a sus opositores y somenten al resto. El tirano necesita la ideología, porque de ella nace el discurso sofista que justifica su violencia despótica*.

Se requiere la hipocresía cuando se hace pasar el ingrediente ideológico como un apoyo neutral y objetivo de carácter unificador, que finge estudiar ciertos hechos para llegar a una verdad común y armoniosa, pero tan sólo es un artificio que deforma la realidad a conveniencia.

Luego viene el juicio. Consiste, por ejemplo, en identificar sucesos como los acontecidos el año pasado en Honduras, catalogándolos bajo el nombre de "golpe de estado" u "orden dictatorial," mientras apoyan otros sistemas de gobierno que laceran los derechos humanos, precedidos por consumados dictadores, es el caso de Cuba; o ex-militares golpistas ofendidos en Venezuela. No contentos intentan purgar a otros que comenten sus mismos pecados. Llegamos pues a la última instancia, la doble moral: Yo si tengo derecho, tú no. Manejado por mí es moral, por ti inmoral.

Podríamos concluir que la efectividad de la ideología política es poca, lerda, y con ella los seres humanos podríamos estar condenados a un devenir lleno de achaques, muy sacrificado para obtener beneficios, y ante todo, sumamente confrotativo.

Es así de sucia, esta clase de política.

Saludos.

Referencias:
*Ideología: Joan Figuerola.
Wikipedia

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