miércoles, marzo 24, 2010

¿Reset a la U?

Cuando algún técnico en computación no puede arreglar los desperfectos del sistema operativo en tu laptop, la respuesta es: “Formatear el disco duro”. Luego instala otro que no posee los drivers de la máquina, el resultado: no se puede escuchar música y el reproductor de DVD queda como un lujo meramente estético. Allá usted dónde encuentra en el inmenso Internet los dichosos controladores. Algo semejante proponían para la pobre UNAH. Bueno, esto no es nuevo, la iniciativa cuenta con más de una década en espera, lo innovador sería que la llevaran a cabo de una vez por todas.

Siempre he dicho que el problema en la U es que hay de todo, desde buenos catedráticos, alumnos prometedores hasta la más vil escoria que usted, amigo lector, se pueda imaginar. Se toman literalmente eso de la universalidad. Incluso, algunos pretenden la secularización al tope, a pesar que el fundador fue un sacerdote católico; ya los veo tumbando la estatua del Padre Trino en pos del laicismo ateísmo. A pesar de ser un recurso importante, los mismos hondureños la hemos mandado a la basura, reconozcámoslo. Los alumnos, por la falta de compromiso académico, por armar asociaciones estudiantiles inauditables; los profesores, por su falta de profesionalismo y preparación; las administraciones, por la corrupción que todos sienten pero nadie ve, y claro, no podían faltar los sindicatos, con su enervado laborismo de lucha de clases ajeno al fin de esta casa de estudios: la formación de futuros profesionales.

Desde afuera es fácil proponer un “borrón y cuenta nueva”, algo que en tiempos del ex presidente Flores se llamaba reingeniería. Y hablando de presidentes, recuerdo a Maduro declarar con asombro que la mayor parte del presupuesto del Estado se iba en pago de salarios. Hoy no creo que la cosa haya cambiado, ni en la UNAH.

Me percaté de los fallos en la U desde mi primera matrícula, aquello era un pandemónium, una masturbación en masa, para cuando llegabas a la ventanilla, luego de un día entero de hacer fila, no encontrabas cupo en ninguna clase; hasta mi graduación, cuando la promoción de mi carrera notó que los diplomas recibidos no estaban firmados por autoridad alguna. Así es la máxima casa de estudios.

Compadezco a los actuales estudiantes que sólo desean recibir sus clases en paz, esperemos por el bien de todos que los responsables tomen acciones contundentes y se dejen de las mismas pajas.

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Saludos.

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