¿Quieren comprar un Toyota?

Mientras el gobierno de Obama le brindó “ayuditas” a las empresas automovilísticas de su país para evitar una rotunda quiebra, la marca japonesa se ve en la obligación de practicar el seppuku, lo que en nuestra cultura occidental sería algo así como beberse la cicuta.

Y luego van pregonando por el mundo la defensa de una economía de libre mercado, sobre todo en países extranjeros donde tienen cuantiosas inversiones. Pero no es lo mismo libre mercado que mercado intervenido. Si bien el primero es casi inexistente, termina pagando las culpas del segundo, auspiciado, cómo no, por papi Estado. Es verdad que Toyota debe asumir sus responsabilidades en los errores cometidos ¿Pero no creen que las compañías gringas también deberían hacerlo?

Hasta hace poco Toyota tenía tras las cuerdas a la GM y sus paisanas. Ahora, gracias al escándalo del pedalgate, ve disminuidas las ventas de sus coches. Hay quienes piensan que se trata de una conspiración. Yo no sé. Lo cierto es que el daño a Toyota es más que económico, es una puñalada a su prestigio, cosa que sólo favorecerá a las competidoras, porque el temor y la desconfianza es muy difícil de quitar.

Si estos partiditos políticos siguen violando la igualdad de condiciones que tanto defienden, incluso anteponiéndola a la libertad, y desempolvan rancias teorías económicas para solucionar la temida crisis, creo que vamos mal.

Saludos.