La doble moral en política

Quizá sea una de las indecencias más grandes en la que un ser humano puede caer, pues la falta de integridad es la base de la corrupción misma. Los hombres la hemos practicado muchas veces, mientras la mujer acuartelada en el cacicazgo oficialista empuña la piedra sin descaro alguno para lapidar a su alma gemela.

Según lo entiendo, ella no quiere que otros sigan su mal ejemplo...

En la otra cara del despropósito, El Elegido gracia a su carismática imagen de mártir, contento de haber roto la tradición jurásica y someterla a un premio de consolación, nos lanza una de sus primeras propuestas:

“Daremos la lucha contra la delincuencia y construiremos las dos cárceles para poner tras las rejas a los delincuentes”

Semejantes ideas, a lo largo de los últimos tiempos, han demostrado ser tan sólo medidas de contención y no la solución al problema de la delincuencia. O sea que viene más de lo mismo. Digo esto porque doy al Elegido como virtual ganador, ya que en este país el trono se gana a base de simpatía. En cambio su adversario cercano, el Mel azul, o mejor dicho, el izquierdista conservador, sinceramente le veo muy difícil el camino al triunfo; pero en política catracha todo puede pasar, desde el fraude hasta el SI a las pretensiones continuistas del desequilibrado Presidente.

Ante la pugna partidista y los escándalos de corrupción que con toda seguridad pagaremos muy caro, pongamos un poco de sano optimismo, tengamos esperanza, que con este gobierno la corrupción política al fin pueda tocar fondo.

Saludos

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