Mas de lo mismo…

Ayer domingo miraba en la TV un foro dirigido por el periodista Renato Álvarez. Se dio énfasis en el tema que se desea meter a matacaballo como único e ineludible remedio para nuestros males: El famoso plan de nación. A veces creo que ciertos medios, en vez de informar objetiva e imparcialmente, se dedican a manipular nuestra voluntad política.Me gustaría ver en esos foros, en primera instancia, una lluvia de ideas desde diferentes enfoques con respecto a la resolución de la problemática socioeconómica. No solamente la promoción de esta propuesta que, pese al escepticismo incitado, merece ser tomada en cuenta.

Los intentos por “socializar” el plan de nación casi siempre viene adosados con frases de este tipo:

“Olvidémonos de nuestros intereses y formemos juntos un plan de nación”.

Con semejante “slogan” dudo que muchos quieran participar en el encuentro. Olvidarse de los intereses individuales significa olvidarse de uno mismo. Es anularse como persona. Aunque se intuye una buena intención, tan sólo es un inapropiado juego de palabras la frase en cursiva. ¿Desde cuándo pensar en uno mismo es algo malo? Egoísmo es que otros nos obliguen a renunciar al derecho de buscar el bienestar personal sin perjudicar a terceros.

Al parecer algunos saben qué es lo conveniente para cada uno de nosotros y se ofrecen para llevarlo a cabo, porque el resto de la población es una masa de imbéciles ignorantes. Pese a su pobreza, humildad y la tozudez paternalista, no creo conveniente subestimar la inteligencia del hondureño común. Aprendemos lento pero aprendemos. Eso me da más fe en un mejor porvenir que en el corporativismo planificador de derechas o de izquierdas.

Además, como lo entiendo, no es posible un plan general sin cultura de convergencia. Paradójicamente, quienes no la poseen son los mismos que se pretende sentar en la mesa de discusión. No es posible que formulen planes para 30 años si ni siquiera hay voluntad, ni eficiencia, ni ética, para cumplir uno de 4. Abría que empezar por ahí primero. Además, el futuro es sumamente difícil de predecir.

Peor, si el crápula que debe fungir como conciliador (que no es ni socialdemócrata, ni socialista a secas, ni conservador, ni mucho menos liberal) no cumple con dicho papel.Tan sólo es una marioneta oportunista ebria de poder.

Saludos.