Guías sexuales

Leo acerca de el "zafarrancho" que se arma en torno a las famosas guías sexuales, cuyo contenido están siendo analizadas por autoridades gubernamentales para determinar si el mismo debe ser incorporado o no en la educación escolar, ante todo en las instituciones públicas. La dirigencias cristianas hondureñas (Católica y evangélica) se opone rotundamente a su aplicación objetando la orientación de sus contenidos. Como no he leído la famosas guías no puedo opinar si en verdad son tan nocivas como dicen; sin embargo, el tema trae consigo la acusación hacia organismos internacionales que apoyan la implementación de estos textos escolares en América latina. Al parecer las guías enseñan al estudiante que el niño tiene derecho a elegir sus preferencias sexuales. Bueno, pues ahí debe estar uno de los puntos discordantes entre los mentados libritos y algunas organizaciones de la sociedad civil.

No podemos olvidar que el estado hondureño, como tal, es laico, por tanto la educación pública, de interés para todos, debe respetar ese marco legal. Ahora, el lineamiento no solamente debería estar dirigido a la incursión religiosa de cualquier tipo, también será necesario que se abstenga de inculcar cualquier filosofía, adoctrinamiento o modelo ideológico-político dentro de sus planes educativos. No sería justo adoctrinar niños con ideas que sus padres desaprueban, puesto que la orientación moral o ideológica de los infantes es derecho y obligación entera de los padres, si el estado la implementa sería una imposición.

Pero a los gobiernos liberales y nacionalistas les encanta meterse en líos. Sería mejor enseñar en las escuelas públicas lineamientos biológicos básicos de la sexualidad y reproducción humana a nivel científico, dejando la responsabilidad moral o filosófica de este tópico a los padres, quienes tienen la obligación de votar sus tabúes, mojigaterías y demás prejuicios para aprender y luego enseñar estos temas a sus hijos. Si los padres prefieren una educación académica especializada u orientada a sus creencias, ideales, disciplina o estilo de vida, entonces les vendría mejor una institución privada que se muevan por su misma línea de pensamiento (Religiosa, militar…). Eso si la pueden pagar.

Es evidente que los seres humanos no pensamos de la misma manera, habrá quienes, en su libertad, deseen preservar valores, tradiciones y costumbres; mientras otros acojan nuevas ideas o estilos de vida. De ahí el respeto se hace fundamental para llevar una sana convivencia social, claro, hasta donde esto sea posible. Si es posible.

Saludos.