martes, octubre 25, 2005

Fallece el presidente honrado



El Ingeniero y ex presidente de la república José Simón Azcona Hoyo nos ha dejado desde el lunes recién pasado, le tocó gobernar (1996-1990) en una época sumamente convulsiva. Época en la cual nuestras pequeñas naciones centroamericanas eran manipuladas como monigotes por los Estados Unidos y la ex Unión Soviética, potencias empecinadas en mantener una guerra fría por control y poder, cuyas repercusiones sometieron indirectamente a personas pobres y necesitadas a los más crueles sufrimientos que nos podamos imaginar.

Se enfrentó a los organismos de crédito internacional, evitó, bajo los medios posibles, la devaluación de la moneda, no solamente con el fin político de preservar a su partido en el poder, sino pensando en que esto afectaría principalmente a personas de escasos recursos. Es verdad que tuvo que aguantar imposiciones extranjeras para salvaguardar la paz territorial y, si se equivocó (como todo ser humano) al tomar algunas dediciones, creo yo que pocas personas tengan el valor de recriminárselo, puesto que se expondrían a ser medidos ante una vara moral demasiado alta.

Pero si hay algo por lo cual, aún en vida, se le reconoce a este notable hondureño fue por su rectitud al administrar la nación, de ahí que se le conozca como “el presidente honesto”, ya que manejó limpiamente el erario público. Característica, claro esta, muy atípica en los políticos contemporáneos.

Azcona no se dejó seducir por las miles del poder, sabía quién era y hasta donde llegaban sus garantías como mandatario, no como otros políticos cuya ambición por las coronas es terriblemente patológica; esto se debe a que era un hombre dirigido por ideales (como pocos hay) y no por meros intereses de lucro personal o partidista.

Azcona fue un ingeniero civil antes de ocupar la presidencia y, cuando hubo finalizado su mandato, volvió nuevamente a ejercer su profesión humildemente. Dirigiendo la construcción de modestas casas, volvió a ser un ciudadano común y corriente, si privilegios especiales y no se avergonzaba de semejante situación. Eso sí, creo que dormía tranquilo sin la paranoia de sentirse perseguido o acusado justamente.

Azcona nos demostró con su legado que hay excepciones en el rapaz mundo político; que aún podemos confiar en las personas que sigan su ejemplo de honestidad, de persona centrada, cuyos píes están siempre sobre la tierra. No podríamos pedirle más a este señor, ya que sólo los románticos exigirían un paladín intachable. El presidente Azcona no es patrimonio exclusivo de su partido político, ahora es parte de la historia de todos los hondureños y, para mí, no hay cosa mejor que a uno se recuerde, con cariño, como una persona honrada, sobre todo viniendo de un entorno donde el fin justifica los medios.

Descansa en paz Ingeniero, supongo que allá arriba están de fiesta, debe ser cosa rara el ingreso de un político en las hermosas moradas sempiternas.


5 comentarios:

Michi dijo...

La honradez y saber adminsitrar (Que no despilfarrar) el dinero de los demas, dificil de encontrar!!

Luis Amézaga dijo...

Cuando te refieres a Azcona como el presidente honrado, entiendo que en tu opinión no ha habido otro en Honduras en los últimos tiempos.

¿Tu opinión sobre este hombre es compartida por todos en el país, o algunos "herederos de poder" piensan otra cosa?

Y David, te lo digo por tu bien, no hables tan elogiosamente de los muertos que nada pueden hacer ya por ti, y "dórales la píldora" (no sé cómo lo traduciréis allí), compláceles el oído a los que mandan y pueden colocarte. La honestidad te llevará a la ruina ;)

David Morán dijo...

Entiendes bien mi opinión, como él, precisa y exactamente, ninguno de sus sucesores

Supongo que los herederos del poder y sus fans piensan distinto, pero no creo que tengan valor de manifestarlo a toda voz porque, como dije en el post, se exponen a una comparación muy significativa.

Recuerda amigo Mickel que a los difuntos hay que dejarles flores, sólo eso podemos hacer por ellos.

No te angusties por mí, al menos por ahora no tengo la necesidad de “sobarle la leva” a algún gigante para salir del desaire. Afortunadamente la cuantiosa paga de la honradez me dura para sobrevivir estas fiestas navideñas y parte de enero, aunque no nos dormimos en los laureles por ello. Je, Je.

Saludos

Tbo dijo...

Vaya David, no tengo ni idea, pero te puedo decir que puedo contar con los dedos de la mano los políticos que yo admiro, habriamos de tener más como el en tu país y parece que en el mundo también.

Requiescat in Peace.

ShAdOw dijo...

Honor a quien honor merece, ojala pudieramos decir lo mismo de nuestros gobernantes mas no es asi, la honradez parece ser un obstaculo para aquellos que llegan al poder, me alegra ver que tienes esa cualidad, un fuerte abrazo mi querido amigo.