Que Francisco haya llegado a Cuba con el Evangelio según San Marcos 9, 30-37 para el domingo 20-9 no es mera coincidencia,
los católicos tenemos un calendario litúrgico. El discurso del Papa me recuerda el libro del
Apocalipsis, sí, ese mero, cuyo significado va escondido tras las figuras
alegóricas que lo adornar de forma literaria y que, como en el presente caso, también
intenta proteger el mensaje de la corrección política de un Estado consagrado a
la tiranía. Similar al Imperio Romano, donde el anticristo, como es entendido, fue César
Nerón.
Considerando esta línea deductiva
con respecto al calendario litúrgico, junto a los mensajes “secretos” de cómo
administrar la esperanza en la isla caribeña, y si conocemos la agenda del Pontífice para Estados Unidos, no
sería un enigma saber qué le podría esperar a Obama y a la clientela política
que lo llevó al poder, esos Lobbies progre-sistas y a todas luces anti-cristianos,
cuando reciban el respectivo mensaje subliminal en los próximos días.
Ya que a Francisco le agrada hacer
de mediador en negociaciones políticas entre partes en conflicto, me gustaría
que realizara ese mismo rol aquí en Honduras, con nuestro insustancial Gobierno
y unos presuntos indignados que aún no se quitan la careta de patriotas; pues,
como dicen los argentinos, “Ya me tienen podrido” con sus constantes pugnas.
Lógicamente, este post es fiel a
la literatura apocalíptica, dotado con sus propias alegorías y mensajes
implícitos, cuyo auténtico significado sólo puede revelarse a personas con fe. ;)
Un saludo.
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