martes, diciembre 29, 2009

“yo no olvido el año viejo…”

Es definitiva 2009 será recordado como un año apocalíptico para los hondureños. Aumento de la inflación, de la pobreza, por consiguiente de la delincuencia, corrupción gubernamental, terremotos, inundaciones, sequías… y por si fuera poco la crisis política consumada por el extinto gobierno del poder ciudadano, liderado, supuestamente, por el irreversible Mel Zelaya.

Para cerrar este amargo período en la historia de nuestro país (que no lo puede, ni lo tapará una clasificación al mundial de fútbol), en contubernio con las tradiciones catrachas, llega la quema de monigotes repletos de un arsenal pirotécnico que da miedo, construido, hay que reconocer, con mano meticulosa, artesanal y un tanto satírica; me refiero a los muñecos que simbolizan el año viejo, pronto ha quemarse en las piras urbanas en un frenesí catártico donde se destilan la amargura y el recelo que ha venido reprimiendo el hondureño común.

Y qué mejor figura podría representar el infortunio catracho que el propio Mel o Chávez, quienes les tocarán pasar, en colonias, barrios y pueblos, por algo peor que la orca o la misma guillotina francesa. La bloguera Irina Orellana, autora del blog “La vida es bella aunque no me creas”, en su calidad de fotógrafa aficionada me envió gentilmente estas divertidas imágenes que muestras cómo la gente quiere a Mr. Zelaya. O para qué lo quiere.

En contraste también existieron aspectos positivos ante la crisis como bien los apunta Ardegas.

Ojalá y el 2010 sea un mejor año para todos los hondureños, al menos son los deseos del autor de esta humilde bitácora.

Saludos y gracias a la intrépida Irina por el aporte.

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