lunes, septiembre 17, 2007

Hondureño identificado


En Honduras algunos hablan del rescate de los valores catrachos a favor de la identidad nacional. Pero ¿Rescatar qué?

Nuestra pueblo, al igual que otros en América, debe su esencia al legado europeo que ayudó a forjar un nuevo mundo; mundo que aún depende en gran medida del pensamiento fértil del viejo continente, tan necesario e inspirador para nuestras vidas.

Sin embargo, hay quienes reniegan del mismo, de la otrora cruel pero necesaria fusión entre lo indigenista, africano y europeo, proceso único sin el cual la mayoría de los hondureños no estaríamos hoy aquí.

Los catrachos intentamos poner en práctica lo que a otros les ha costado miles de años de comprensión, estudio y sacrificio llegar a desarrollar: Culturas sólidas, ricas y cambiantes, imbuidas dentro de procesos de desarrollo continuo a veces atenuados por las políticas vigentes en cada época. Y no es nada fácil, y los resultados no siempre son beneficiosos para todos los seres humanos.

Pero aquí están algunos pretendiendo sacar conejos de la chistera, rescatando valores autóctonos Dios sabrá de dónde, cuando lo que se debe hacer es lo opuesto: Adoptar nuevas costumbres y reinterpretar los principios clásicos que constituyen la base intelectual de las sociedades occidentales, para construir puentes sólidos con otros pueblos y no islas añoradas por la mentalidad retrógrada en nuestro país.

La supuesta identidad nacional, concepto al cual no me aferro del todo, está en pleno proceso de formación; ir al pasado sólo nos servirá para no volver a tropezar con la misma piedra, quizá algún día podamos aportarle algo significativo al resto de la humanidad.

En vez de andar perdiendo el tiempo pensando qué nos hace diferentes a otros pueblos, deberíamos centrarnos en nosotros como individuos, en aprovechar las similitudes que nos enlaza con el resto de sociedades en el mundo y sacar ventaja de ello, teniendo en cuenta que las influencias culturales suelen pasar de moda y de manos.


Saludos.

7 comentarios:

Luis Amézaga dijo...

Ya verás ya. En busca de la identidad. Qué título para una película de revisión histórica al gusto. Justificar mi ser hoy con acontecimientos dudosos que aumenten mi autoestima y diferenciación del otro, ya que por mí mismo soy un simple y común mortal. Esconderme tras la bandera de pueblo para que no me vean las vergüenzas de individuo mediocre. En la identidad nacional se ven cosas muy curiosas, como si el buscador pretendiera proceder de una raza pura, sin mezclas posibles, sin influencias multicolores, sin contaminación de otras caras. Proceder directamente del cráneo más antiguo del planeta, directamente del Homo Adán y del homo Eva. Una vez bien identificados, ya el complejo de inferioridad desaparece y podemos afrontar el futuro con seguridad. Con la seguridad de que somos unos cantamañanas, añado yo. :(

David Morán dijo...

En efecto amigo Mickel, se pretende cubrir aquello que no se tiene mediante un orgullo vacío. Creo que personas como tu saben lo que conlleva al final esto de identidad nacional, o mejor dicho identidad nacionalista. Igual, a mi tampoco me sirve de mucho.

La ventaja de un país como el nuestro frente a los hermanos mayores es clara, podemos ver los sucesos históricos que los afectan y así evitar cometer los mismos desaciertos, o al menos estar preparados para enfrentar consecuencias críticas e inevitables que se adjunten a las determinaciones tomadas.

Saludos.

Ardegas dijo...

Sospecho que este tema de la identidad nacional es otra estrategia que tienen los políticos para someternos. Una vez establecida una conexión sentimental entre Patria y Estado es más fácil tenernos subordinados.

Sin embargo, lo que tuve oportunidad de ver en los murales del Museo para la Identidad Nacional era una visión de la historia bastante erudita, y crítica. Alejado de esas mistificaciones a las que nos someten en la escuela.

David Morán dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
David Morán dijo...

Ardegas:
Compartimos la misma sospecha, por eso indico que no me aferro mucho a esto de la identidad nacional.

Si visitaste el vínculo que puse sobre identidad nacional, verás que el autor del artículo al cual me remito atribuye la creación del concepto a las clases dominantes de una sociedad cualquiera, las cuales podrían estar determinando lo que deberíamos valorar y lo que deberíamos rechazar. Se trata entonces de una manera asolapada de mantener bajo control a los ciudadanos de un pueblo. Me atrevo a decir que se trata de una clase social política-estatista con grandes intereses económicos en juego.

Ahora bien, los aspecto psicológicos del individuo son un aliciente que facilita el entendimiento y la adopción del concepto, tal y como lo da a entender el amigo Mickel en el primer comentario de éste post.

Si, desde el post de “Nacer en Honduras” visité tan interesante y llamativa página web, y me consuela que hayas dado tal aclaración.

Saludos.

Fran Invernoz dijo...

La identidad tiene que ser universal en un mundo globalizado. La identidad nacional choca con la identidad latinoamericana con la identidad humana.

Anónimo dijo...

Tienes razon porque no deberiamos rescatar una identidad que no es nuestra sino empezar a crear nuesta identidad y no tomar una que decimos que es nuestra cuando en realidad no es mas que una mezcla de culturas.